miércoles, 22 de abril de 2009

El Baile del Escorpión (parte 2)


El Beso me hizo pensar, por momentos, que estaba perdido. Que la sustancia tóxica activa que llevabas en tu cuerpo arácnido estaba adentrándose lentamente en mis entrañas. Y ni eso me hizo apartarme de tí, porque nadie me dijo nunca que el veneno que una Escorpiona transmite cuando te besa es increíblemente adictivo, para aquellos que de cualquier manera ya estan condenados.

Entre el polvo y las hojas que volaban a nuestro alrededor, noté dos cosas en el ambiente, la noche que estaba cayendo lentamente sobre nosotros y sobre el barrio de mal aspecto en el que nos encontrabamos, y tus ojos que me pedían que por favor saliéramos de allí corriendo. Eso fue precisamente lo que hicimos.

Llegamos a otro sitio diferente, una de las principales calles de la ciudad, pero en un sector más tranquilo. Allí había un portón abandonado, y allí fue donde nos metimos. El poste del alumbrado público que estaba sobre nosotros no sirvió de mucho, y sus intentos por iluminarnos fueron infructuosos. Era muy poca la gente que pasaba por ahí, y la mayoría de ellos no posaba sus ojos sobre nosotros. A lo mejor te veían a tí, Escorpiona.

Frente a nosotros, un terreno baldío. Desde sus entrañas, la música de fondo. Entre mis manos, tú. Entre las tuyas, lo que pienso.

Llevaba ya por dentro el veneno, una cantidad suficiente como para cambiar mi forma de imaginarte.
En el portón, otro beso. Frenético como tus manos, sujetándome fuerte, como una Escorpiona sosteniendo a su presa, sólo que tú no ibas a comerme, sólo querías asegurarte de que estuviese en tu guarida para siempre.

Aquella noche regresamos a tu casa y bailamos de nuevo. Yo sólo obedecía y te seguía. De tu rostro a tus pies, pasando por tus manos y tus piernas, el baile del escorpión se tatuó en tu cuerpo. Luego, con la paciencia que tienes por naturaleza, te encargaste de tatuarlo en el mío también.

Otra vez estabamos ahí juntos bailando, yo, la presa sin otro futuro más que tus besos, y tú, mi Escorpiona.

6 comentarios:

MX2 dijo...

Así pasa rodo... primero te hipnotizan y cuando te das cuenta ya te volviste adicto a ellas... cuidado, andáte con cuidado che rodo, cuidaos el corazón, que se vueve débil y dócil y frenético y loco... ah pero qué bonito se siente ¿no? n_____n

Addi. dijo...

Hola rodo...pues esta genial eso, y muy cierto lo que dice 2mil te atrapany te gusta sentirte de la mierda solo por ellas es la agonia mas dulce de todas y pues ahora con la conversación que tuvimos me doy cuenta que tengo más cosas que arreglar en mi jodida vida de las que pensaba...pero ni pedo nos leemos carnal.

María - Té de Libelula dijo...

Hola Rocalfo! Estaba leyendo tu escrito, pero no tarda en llegar mi hermana y no he terminado de pasar mis poemas... Waaa, te robaste mi inspiración, pero al menos me sieno mejor...

Gracias (:

A n g e l dijo...

No seas abron...

Se siente chingon cuando eres presa de escorpionas¡... (Bueno a veces), pero no manches, la forma tan eterea de representar la cita con una chava, la forma en como utilizas esas figuras retoricas para hacer posible la explicacion mas senzata a lo que sientes en el corazon, a tu experiencia (quizas???)...

Sin comentarios jotooo

muy, pero muy chingon...

Løko® dijo...

La Seducción es una arma muy peligrosa de parte de las mujeres... es difícil caer en tentación!!!

Y cuando caes en manos de aquella mujer... no nos reconocemos... somos distintos...

Saludos.

Tucker dijo...

Cada vez ke comento un cachorro muere ¬¬... habla de la influenza es el tema de moda.

Shaw.