lunes, 3 de marzo de 2008

Yo te juro que lo que ví no fue el fin del mundo




La noche había caído ya sobre la ciudad. Estaba en mi cuarto, leyendo alguna que otra cosa, trivialidades impresas para entretenerme, cuando mi madre me llamó para cenar. Salí del cuarto y me interceptó mi papá, que me señaló la pantalla del televisor. Estaba el noticiero.

Resulta que los Estados Unidos habían liberado, de forma accidental y estúpida, un misil con destino a un satélite espía ubicado en algún lugar de la estratósfera. Me alarmé de cierta forma, aunque estaba consciente de que los E.U.A. cometían constantemente ese tipo de estupideces. Sin embargo, al bajar a la cocina, no pasados ni dos minutos de haber despegado los ojos de la televisión del cuarto de mis padres, estaban pasando otra nota, ahora en la televisión del comedor, que anunciaba lo peor:

El misil caería sobre la tierra, y tenía la suficiente fuerza para destrozarla.

En ese instante, justo terminé de escuchar la nota, comencé a escuchar gritos desaforados anunciando el fin del mundo, el apocalipsis, la venida de Cristo, etcétera. Entonces pensé, mirando al suelo y con las manos frías, que moriría joven. Y eso fue algo detestable.

Salí al patio, hacía un frío tremendo. Pasaron por el cielo unas centellas de color rojo volando hacia todas partes y chocando entre sí, provocando explosiones y gritos aún mas aterradores entre la gente.

Podría decir que todo Lagos gritaba.

Entonces, mientras contaba mis últimos minutos, aparece en el cielo un gigantesco misil de color rojo que hacía que la tierra temblara aún estando en el aire. La gente gritaba, a mí me sudaban las manos, miraba a mis padres y ellos me miraban, ni nos despedimos, no sabíamos lo que sucedería.

El Misil tocó tierra, la explosión fue terrible, pero más bien fue como un terremoto gulivérico. La gente gritaba con más fuerza que antes y sus gritos eran aún mas desgarradores. Yo nunca supe si grité. El mundo había terminado ya, ¿de que servía gritar?
Entonces todo se puso negro. El experimento de Dios había terminado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

HoLaz Romàn :)
Pues ya te estaba comentando personalmente que consatantemente sueño con el fin del mundo tambièn, y que en uno de esos sueños ocurrieron cosas muy parecidas a las que tu cuentas aqui...
Je, pues sigamos soñando con esas cosas... ya veremos cual de todas esas posibiliades se asemeja mas a la realidad... esperemos no comprobarlo.
Saludos!

Ro dijo...

yo una vez soñé que me moría, también fue el fin del mundo...

Løko® dijo...

Que onda alumno...

Es normal soñar ese tipo de cosas... y pues nadie sabe el fin del mundo... depende de uno si su propio "mundo" durará mucho o termina al día siguiente.

Espero que este bien... se cuida...

Pasas a mi blog sas???

Saludos.