martes, 6 de enero de 2009

Me gusta caminar de noche, sobre todo si hay gatos agresivos y perros enamorados en el camino

(Fotografía de El Perro Bandido, que vive en mi casa, tiene 15 años y no tiene absolutamente nada que ver con el texto de abajo)

Una vez se me vino a la mente una frase por la cual me sentí orgulloso de mi ingenio y creatividad durante mas o menos una hora. "Las cosas adquieren otro tono cuando es de noche". Recité una y otra vez dicha frase en mi cabeza hasta que sinceramente me harté de ella y la mandé a la fregada, por considerarla plana y carente de imaginación. Pero sin embargo, siempre me gustó el tema que dicha frase tocaba: La Noche.

He de aceptar que siempre ocurre algo extraordinario cada que salgo por la noche. El hecho de verme a mí mismo caminando por una calle de por ahí, cuando ya la Luna hace acto de presencia y la iluminación del centro nos otorga una idea vaga del paradero del dinero que se invierte en la ciudad, es ya digno de recalcarse. Amo las noches, pero eso no necesariamente me convierte en un ser que ande de un sitio al otro en la búsqueda de desobedecer al plan maestro para el que fue creada la Noche: Dormir.

Una vez, no sé porqué razon aparecí yo en el centro de la ciudad, ya de noche. Estaba solo, pero no estaba desorientado, ni mareado, lo cual descartaba cualquier posible teoría de algun consumo de "alcohol". Después de todo, en este país los menores de edad no saben lo que es esa palabra que acabo de entrecomillar (sic). Creo firmemente que había acompañado a unos amigos a un sitio donde se llevaría a cabo un evento relacionado con el "arte" y la "cultura". La razón por la cual no permanecí en dicho sitio aún me resulta un tanto borrascosa. El chiste es que, despues de salir de dicho recinto "cultural", tomé la decisión de que lo mejor era pagarle al chofer de un camión urbano, para que con su vehículo funcional, ecológico y de envidiables condiciones, me diera un aventón a mi hogar, o por lo menos, a la calle donde éste se encuentra. El gran problema, es que dicha cuota era lo suficientemente alta como para no poder pagarla con mi presupuesto de 1 peso con 50 centavos.

Lo cual evidentemente se traducía en el hecho de tener que caminar hasta casa, de noche, solo.

Lo más bonito de caminar sin compañía por las calles de cualquier ciudad es que a cualquiera se le aparecen pensamientos paranoicos de la infancia en los cuales un ladron llega y nos asesina por culpa de un mugroso teléfono celular. Dichos pensamientos son tiernos porque, cuando somos niños, los adultos nos aterran con las leyendas urbanas mas variopintas. Por lo tanto, llegado el momento exacto, nuestros peores pensamientos se nos vienen a la mente, a veces por segundos, a veces por unos cuantos minutos, a veces por el resto de nuestras caminatas nocturnas.

O puede ser que a veces nunca nos pase realmente nada y es solamente un reflejo involuntario del cuerpo que se pone la reverenda chinga de producir más adrenalina con el único y bello fin de hacernos tropezar en el trayecto a casa. Yo, por ejemplo, tenía la ligera impresión de que alguien me venía persiguiendo, lo cual era verdad, pero dudo mucho que una señora de la tercera edad haya podido alcanzarme (puesto que yo ya llevaba un paso relativamente rápido) y en todo caso, de haberlo hecho, dudo que haya podido herirme mortalmente con un cuchillo cebollero, que aparentemente no llevaba consigo.

Curiosamente, mi madre siempre me había aconsejado que, llegado el momento, nunca caminara por las calles mas solitarias y con menos iluminación. Digo curiosamente, puesto que fue precisamente lo primero que no hice. Me fui por una calle solitaria y sin iluminación, pero que sin duda me dejaba mucho más cerca de mi casa que las calles "transitadas y luminosas". Lo mas peligroso que me encontré fue un par de gatos en celo que tenían todas las intenciones de herirme, y una pareja de perros que estaban felices y extasiados, copulando en un arbusto.

Sin duda la peor parte fue pasar por un puesto de tacos, pues el olor me estranguló el esófago y en mi conciencia rebotó una y otra vez la frase "no te hagas, tienes hambre y quieres tacos". No habría tenido problema alguno por dicho recital, pero sin embargo no traía más que 1 peso con 50 centavos en mi bolsillo, lo que me colocaba en un rango social increiblemente bajo.

Sobreviví a las hordas de estudiantes de secundaria, cuyas mentes tienen programadas un par de tareas: Desmadre & Joda. Es fácil, simplemente hay que ignorarlos y ya. Luego estuve cara a cara con las luces rojas de los "Bares" del boulevard, y la verdad no sé ni que diablos pensé en ese momento, porque me di cuenta de que si daba un paso más, un camión urbano (sí, el mismo que me habría podido llevar a casa si hubiese sido yo de la clase media) me arrollaría y terminaria cruelmente con mi corta vida.

Llegué a casa, me serví un plato de cereal y, por las expresiones de sus rostros, puedo suponer que mis padres no tenían la mínima idea de donde carajos había estado yo, y no les dí una explicación demasiado exacta. Nomás les dije que me vine por donde había luz, y que en el camino me tomé una Coca-Cola.

-No vas a dormir- dijo mi mamá con seguridad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola rodo
pues esta muy chido lo uqe escribiste
me gusta como lo redactas
pues en esta cronica
usas lenguaje no muy formal
mas bien muy comun entre la gente algo asi como si lo contaras frente a frente
eso me parece original muy bueno rodo!

MX2 dijo...

Aaaaaaaaaah la noche... "Night divides the Day"... sombras, sonidos... y después... silencio.

La noche puede ser tan hermosa como aterradora... es paz y pasión a la vez.

Yo saldría a caminar de noche, pero tomando en cuenta que vivo en el DeFectuoso, éso sería casi letal.

De me conformo con ver la luna (cuando se ve) a traves de la seguridad de mi ventana que está en el 4 piso de mi edificio n__n

Saludo rodomantis...

PD: TAG Cereza Polar jajajjajaja

A n g e l dijo...

uyyyyyy

tan nocturna la historia, y yo que a tu edad si no es que mas chavo escribia cosas de este tipo y se me consideraba un prodigio... jajaja oi esa mamada, pero si, asi me decian, y si lo creo... jajaja


pero lo que escribiste es tan etereo pero a la vez tan cercano a la realidad... tiene sus matices de aire, de tierra, de cielo, de noche... todo se complementa

saludos niña... jaja
ntc

cuidese :)

Løko® dijo...

"De Noche Todos Los Gatos Son Pardos"

Aunque... desvelarme ya es parte de mi vida cotidiana... prefiero estar en mi aposento... y no es por la inseguridad que existe afuera... ni mucho menos por las inclemencias del clima... simplemente no me gusta vagar de noche...

La soledad... el silencio... la tranquilidad que propicia la noche es un buen momento para meditar y dejar que nuestra mente maquile pensamientos que en el día no puedes imaginar...

Chido Rodo...

Saludos.