lunes, 31 de enero de 2011

Con el gorro azul caminando cabizbajo por la calle



Abro una puerta y de pronto
me pregunto para qué, qué
estoy haciendo. Y pasa media
hora sin que pueda saber
de mí un atisbo, una pista.
De súbito me acuerdo, me
pesa el mismo miedo de
la infancia: si abrí esta
puerta es porque iba saliendo
Un cielo azul, un polvo en
el viento, una nada. Color
amarillo pálido, de nadie.
Curioso el miedo que me borra
de la cara los demás temores.
Curioso porque no recuerdo si
nací con él o me lo regalaron.
También curioso es, amor,
tu forma de ocultarte cuando
el amor te llama. Curiosa
eres, ¡qué agradable!
Ya te quiero como un…
Como demasiado, y aún de ti
yo no sé casi nada.
Un cielo, un polvo, un azul,
un viento, gracias por nada.
Un color amarillo que va
a los brazos de nadie y baja
de una ausencia prolongada.
Siempre el horror, el temblor
al ver la sombra de la pluma
en la pared, una pluma que
me fue heredada al preguntar
porqué: porqué porqué porqué.
Sale el sol, camina y se
esconde y yo entre las
cobijas. Hay quienes dicen que
es “ocio”, otras le llaman
“miedo” y yo pregunto:
¿Por qué? ¿Por qué un polvuelo,
un azulento, una granada?
¿Por qué un amarillo, un
ciento, una falsa mirada?
El sol se ha ido ya. Se ha
pintado de amarillo y el
cielo resiente su partida.  


2 comentarios:

Addi. dijo...

Ramón, he vueto momentanamente al blogger con una actualización que me gustaría checáras. Por otra parte veo cambios muy notables en tu literatura (admito que hace tiempo no me daba una vuelta por acá) y los cambios, según puedo leer, han sido para bien, un crecimiento, me gustó mucho este reciente.

Saludos. :)

Shell dijo...

Qué bonito relato en verso :)