Reflexión sobre el resistol 5000 y sus utilidades no-industriales

El otro día, mientras vagaba por los pasillos de un Soriana, me dirigí a la sección de electrónicos, como siempre.

Ya se que aunque nunca compro nada en esa sección, salvo aquella vez que me encontré El Silencio de Caifanes a 89.90, siempre me voy de largo y llego al pasillo de utilerias y herramientas.

Nunca le había prestado mi atención a la parte alta del pasillo, ya que usualmente recorro los pasillos de cualquier lugar, con la cabeza agachada. Pero, curiosamente, ese día levanté la mirada y ví un letrero que rezaba algo como:

"Aqui no vendemos solventes a menores"

Yo, conocedor de que el resistol posee propiedades estupefacientes, de todos modos me pregunté el porqué de la prohibición. No tiene caso porque, de cualquier forma, los chavales no compran el resistol por su propia cuenta en tiendas de autoservicio. Pienso que, a pesar de lo sutil que resultaría tirarse en la calle con una bolsita con un viscoso y pegajosisimo moco amarillo, debe ser muy bajo comprar el resistol en una tienda de autoservicio.

Pero que va, no me iba a poner a hacerme ideas revolucionarias para "legalizar el uso de solventes en menores", sólo agaché la cabeza de nuevo, y me fui.