jueves, 4 de agosto de 2011

Lo que las cosas piensan de mí



con una presencia que abunda.
Un nombre a los fantasmas
y una luz que busca.
Tarde, paso a paso,
la mano acaricia, paso,
inquietud que estalla.

Con tus mil sonrisas
decora un salón:
por las noches
los dos seremos muchos.
Abunda, paso a paso,
corredor que da a la luna,
tierra impertinente (estorbo),
camarilla de gente
que observa y guía nuestros pasos.

¿A dónde vas, piel, ojos,
sangre todo cuerpo espacio
risa todo tiempo un mundo?
Un mundo eres, ya lo sabes,
y te impones y me reinas
un tiempo, el tiempo
compartido, es todo.
A todas luces somos locos,
estamos mal, pero de locos
es el juego y lo jugamos,
y de males ¡ya sabemos!

aquí vienen todos.
Traen todas sus cosas.
Siempre hablo de cosas,
nadie habla de mí.
Eso me calma.
Tú serás, tú eres,
lo has sido siempre,
¿quién eres?
¿Importa?
¿Importamos?
Trae tus cosas,
no seamos nada,
nadie. Nunca.

Amargo, 
avanzo entre bostezos.
Daría mi voz por un silencio
que brote de tus ojos.
Pero que tu mano se quede,
sí, todo el tiempo.
Lleno de ausencia a las personas.
Me he guardado para ti.

párpado, ya sabes,
es tan difícil, difícil es,
ábrete mundo.
Muéstrame un sueño entre tus brazos.

espero dos, tres,
cuatrocientos años.
Los que pasen.
Conozco al muro de piedra.
Lo conozco.

violeta el cielo, alimentando
mis ganas de tener paciencia 
a la ráfaga de viento
que nos empuja. Violenta
atmósfera de paz que penetra
mis días; iban en picada. Ya no más.
Hay algo que tengo que decir.
Un lapso que gotea.
La promesa de un escape.
Intercambio.

No hace falta una señal, aurora.
Contigo basta y sobra.
Llueve este mes, lloverá siempre.

un palacio de ciegos donde nadie
te pueda hacer daño, donde
pueda ser sombra 
y evitarte el miedo.
Un palacio sin horas,
un hogar, árboles de tibias hojas,
enredaderas en un balcón
que sea de ti.
Me cegaré, no soy digno,
no merezco, no puedo ni debo,
no soy, ciego mis ojos para no decirte que

sí, tengo fe,
no tengo nada más,
cúbreme,
guárdame de todo.
Universo de afilados dientes,
no es nada si me estás
cuidando hasta de mí.

el aplauso de un delfín,
la cuchara, la sopa,
una mueca, la sal,
una mesa, tú, vos.
Amanece, se hace tarde.
Una vida que se parte en dos.
Como sacarse el corazón
y echarlo al vuelo, ver
que caiga en un rincón.
Desatar la risa...


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Suave, te enterneces.
Tener es el verbo, sí, lograr,
querer, buscar
una morada frente al mar
y menos luz para apreciarte entera.

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