sábado, 17 de abril de 2010


(Touched - My Bloody Valentine)

La cuchara giraba y giraba. Unos granitos de azúcar figuraban en el centro del remolino de té. Los imaginé extasiados, perdidos. No quería darle tragos a la taza. Todavía humeaba la superficie y valoré mi lengua, esperando al momento justo que tardó en llegar. Me perdí contemplando los granitos. Me daban ternura. Recuerdo vagas imágenes de una chica que estaba platicándome muchas cosas. De sus ojos salían lágrimas como cascadas, y recuerdo que mencionó algo así como un suicidio, su suicidio. Su perturbadora presencia no me distrajo de mi actividad con los granitos de azúcar, y no pude evitar un poco de tristeza al verlos morir así, con tan horrenda sobredosis, disueltos en una miserable taza de té.

1 comentario:

Alice dijo...

Joder, qué buena ironía le imprimiste a esto.
Intentaré disolverme en el té... disolver mis problemas en una miserable taza.
Me encanta la precisión de tus mini relatos.

Un abrazo, Rocalfillo :)