jueves, 22 de diciembre de 2011

Heme aquí avejentado, necio, adormilado...


Heme aquí avejentado,
necio, adormilado,
con una enfermedad imaginaria.
Aquí cohabita la hipocondría
y se revela todo sin descaro.

Heme aquí sucio,
camino de dos en dos, me multiplico;
mi sueño era dividirme, hacerme polvo
y caer al interior de los relojes
y aparecer en ventanas y llenar
las ventanas de mis ojos hechos tierra
y al llorar hacerme lodo y llenar de lodo
los suelos de un inquieto mar.

Heme aquí sin sensaciones,
acomodando el amor en crucigramas.
Sospecho en tantos años de vigilia;
sospecho en el entierro y la palabra.

Heme aquí de mil maneras pero siempre el mismo,
heme aquí en cientos de miles de millones,
en doscientos pares de ventanas abiertas
y luego cerradas porque hay polvo
en el semidesierto del invierno en que camino.

Heme aquí con corazón dormido y pupilas
hechas cal en comprimidos.
Heme aquí que me los tomo y parpadeo.
Heme aquí que sueño en color tinto y abstinencia.

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