lunes, 29 de diciembre de 2008
A veces lo único que resulta verdaderamente útil es lo que llevas tu entre las líneas que van de tus pupilas al contorno del iris de tus ojos
A veces puedo encontrarme caminando eternamente por los mismos lugares. Siempre me verás caminando en círculos, rodeando con mis huellas mi territorio indefinido. Es un bonito hábito. Antes no lo calificaba como "bonito" porque sinceramente tenía otros planes. Pero uno se acostumbra a las cosas conforme se va encontrando con ellas. No me quejo. Se vive bonito caminando siempre una y otra vez por el mismo sitio.
Cierto día me detuve y caminé por otro lado. Me dirigí hacia el poniente, soportando al sol, que trataba fuertemente de dejarme ciego sin remedio alguno. Soporté su embestida caprichosa y llegué a un vallecito minúsculo que ya conocía con anterioridad. Entre las nubes, había una que a pesar de no tener una forma definida, me hizo recordarte inevitablemente.
Para que te miento, todo me hace recordarte. Inevitablemente.
Y no me quejo, que es lo mejor de todo.
Hoy pasará algo extraordinario? es 29 de Diciembre. Recuerdo aquella vez, ya hace mucho, que me asaltaron y me robaron un viejo reloj de pulsera de esos que venden en el tianguis. Era color negro y tenia unos numeros que apenas y se podian distinguir. Una vez, estando en Guadalajara, lo sumergí en el agua, para demostrarle a no recuerdo quién que mi reloj tianguero si era resistente al agua. Al final recuerdo claramente la imagen de cómo mi reloj de pronto se apagó y no volvió a funcionar jamás, entre risas ajenas. Total que lo seguía usando con el único fin de que mis padres no sospecharan nada, así hasta que me lo robaron.
No fue un robo común. De hecho, yo ni siquiera me dí cuenta. Como no servía, lo guardaba en mi mochila siempre. Un día llegué a casa y ya no estaba. Tenía sentimientos encontrados.
Pasará hoy algo extraordinario? es 29 de Diciembre. El año agoniza. Y te pregunto a tí si tienes algo que agradecerle a este año. Yo sí, y sé que tú tambien. Y sé que es lo mismo.
Lo sé. Y sé que no estoy errando.
Sólo me equivoqué aquella vez con el reloj del tianguis. Te prometo que sólo esa vez.
Aunque me acuerdo y todavía me arranca una sonrisa =)
Algo parecido me sucede como cuando ví aquella nube que me hizo recordarte. Sólo que hay una pequeña diferencia, y radica en el hecho de que en vez de arrancarme la sonrisa, tú te esmeras más y la dibujas delicadamente.
De que color se pintará el día de hoy? No quiero que sea gris y aburrido, tampoco quiero que sea amarillo y exageradamente optimista, ni quiero que sea negro y lúgubre. Que te parece Rojo? Naranja? Azul Marino?
Estaba despierto a las 5 de la mañana y escuché unos gritos aterradores provenientes de alguna parte de la colonia. Estaba ya juntando mis párpados y de repente resuenan esos pinches gritos y creanme que si me asusté. Aunque luego escuché unos gallos y acabo de formular una teoría que propone que esos gritos en realidad eran versiones alteradas de el cacareo de los gallos. No sé, el caso es que si me dio miedo.
Luego tenía frío.
De que color quieres que me pinte hoy?
lunes, 22 de diciembre de 2008
Dejar de Creer
A veces es bien sencillo desligarse de todo. Por eso yo confieso que trataré de ser neutral en todo lo que tiene que ver con asuntos meramente sociales. Estoy escribiendo esto cuando no tengo muchas ganas de escribir que digamos, así que estoy a la expectativa de ver qué es lo que me sucede en el proceso de escritura de esta actualización del blog.
A mi no me agrada ni me desagrada la política. Simplemente me da muchísima risa. Me río porque me pongo a pensar en la pobre gente que todavía cree que puede existir la democracia en este país. Voy a sonar muy pesimista pero sólo interpreto el mundo como lo percibo. En este país, la política, los partidos, las izquierdas, derechas y ultraderechas son un chiste.
No sirven para nada.
Para nada.
lunes, 1 de diciembre de 2008
Entre Sueños...
Te he soñado tantas veces que a veces me dan ganas de que nunca te salgas de mi mente. Yo sé que al despertar, al mirar el despertador y al vestirme con la ropa de siempre, voy a sentirme miserable, una y mil veces. Yo sé que al llegar a la escuela y ver a toda la gente que me ve siempre, y tomar las clases acostumbradas y mirar los paisajes rutinarios, voy a sentirme miserable, una y otra vez. Yo sé que al llegar a casa y comer lo que preparó mi mamá y degustar un postre, y subir a escuchar cientos de canciones, me voy a sentir más que miserable. Sé tambien que al llegar la noche voy a poder verte, y preguntarte, y comentarte, y arrullarte y confesarte. Y es que a veces me cuesta tanto comprender estas situaciones que nos toca vivir. Pero a final de cuentas, termino por comprenderlas, mientras miro de reojo al reloj despertador, que usualmente marca las 12:00 de la noche, cada que me acuerdo de mirarlo.
Es por eso que me encanta soñarte. Sé que ahí, entre sueños, viviré situaciónes que no puedo hacer por ahora, y quizás, aún viéndote, no voy a poder hacer. Lo malo del sueño, como ya te lo he comentado antes, y como tu también me has confesado, es lo que sucede después. La nostalgia que queda impregnada, el recuerdo de tu figura, tus palabras y todo ese montón de imágenes y sonidos, que ni con la intercesión de Dios voy a poder olvidar.
Porque en cierta forma, Dios no me va a hacer olvidar lo que no quiero olvidar.
Luego me acuerdo del sueño, de los colores, de aquel famoso cielo morado, lo recuerdas? Te acuerdas de aquella fuente? Todavía existe entre tu memoria el recuerdo de esa playa? Recuerdas mi calle? Recuerdas que íbamos bajando?...
Si no lo recuerdas no importa, después de todo, siempre he sido bueno recordando. Al final, vas a ver que habrá valido la pena nutrirse con tanto sueño.
Habrá valido la pena.
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