domingo, 29 de junio de 2008

Cereza Polar III


El día tan anhelado por la cereza por fin ha llegado.

El demo toca a las puertas y está a punto de ser fecundado, ya hubo una sesión de grabaciones y ya nadamás falta el fraseo del bajo para que la edición comience.
La Banda por fin está logrando lo que cualquier banda quiere lograr, la grabación de un demo. Que representa el Demo para la Cereza?. Pues un chingo de cosas, por supuesto.

Un sábado ocurrió, allá por las lejanas tierras del Plan, caminando de la mano de los (técnicamente más) experimentados músicos de Fallen Bridge. Toda banda necesita una banda madrina, supongo. La hora acordada? Las Doce del día, cuando se produce esa confusa división entre A.M. y P.M. o cuando algunos cuentan de corrido las 13, 14 y 15 horas y así sucesivamente hasta llegar al 24, o al cero, dependiendo del caso. En fin, después de esta breve y francamente inútil acotación horaria, nos adentramos al tedioso pero a la vez intrigante mundo de la grabación de un demo.

Si señores, un Demo.

Un demo no es como grabar frases estúpidas por mensajería instantanea, no que va. Esto requiere más técnica, más tiempo y sobre todo más paciencia. Suponiendo que Moy, Hector y Uziel tienen la paciencia y el don de no perder la cordura, es fácil grabar hasta 100 canciones seguidas. Pero eso es físicamente imposible hasta para Jesucristo Misericordioso. Para hacer música ambiental post-rock lo mejor es tomarse sus descansos, hacer bromas, reír y no pensar, o pensar en las novias, o pensar en el perro, o pensar que se piensa algo que en realidad no existe.

Pero donde carajos está Lino? Donde carajos está el Bajo? Por ahí, ya habrá tiempo para eso en otra sesión, ahora hay que grabar con lo que se tenga a la mano. Y es así como Moy graba la batería, y Hector y Uziel se reparten las guitarras. Y así, con la paciencia de una tortuga ajedrecista, se pasaron ocho lindas y tediosas horas de grabación, donde las bromas y Jackass II se la tuvieron que fletar de órganos desestresantes para no perder la razón.

Como en algún momento le dije a Uziel, suena de muchisima flojera el hecho de estar encerrado en un estudio por tiempo indefinido para grabar algo, lo que sea. Y más de flojera suena el hecho de que a pesar de las 8 horas de tedio y estrés, ninguna rola podría estar 100% completa hasta que Mr. Bass grabara sus partes. Eso sería en otra sesión, programada para despues de un largo lapso de tiempo... una semana más o menos.

Se llega el día de la segunda sesión de grabaciones (precisamente hoy) y por fin, y gracias a la intervención de Jesucristo Santísimo, Lino puede grabar sus fraseos con el Bass y así poder terminar las benditas rolas. Pero el simple hecho de que Lino ya estuviera presente no garantizaba que la grabación fuera más fluida. Según palabras del propio Lino, a veces se atrasaba un poco o habia alguno que otro contratiempo que ocasionaba que fuera tres veces más tedioso el hecho de grabar.

La parte que sin duda es más desgarradora de toda la entrevista con Lino es la que viene a continuación, una que resume acertadamente la experiencia de grabar un demo:

- . [яocλlfo] . dice:
es que son puras preguntas elementales y lelas

- . [яocλlfo] . dice:
que comiste?

lino te quiero demAsiado,Dios nos ncontro en el camino,y por eso soi muy feliz. Siguelo siempre. CCPT. tqm hnito. tu hnita FVLG15 dice:
nada we jajaja papitas

Al parecer, y a pesar de tener la satisfaccion de haber terminado las grabaciones, el simple hecho de estar encerrado de 9:30 a 9:30 grabando fraseos que por momentos no sonaban bien es suficiente razón como para romperse las pelotas de la desesperacion y el aburrimiento. Según algunos miembros de la banda, a pesar del buen ambiente, habia momentos donde no se hacia nada y llegaban unas enormes oleadas de flojera donde daban ganas de quedarse dormido de puritito gusto.

Una vez superadas las pruebas del tedio, de la frustración y de la desnutrición (fomentada por cierta cadena nacional de frituras) nos encontramos con que la Cereza Polar al fin ya terminó de grabar su Demo y el mundo espera con ansias el poder escucharlo.

visiten el myspace de Cereza Polar donde ojalá pronto aparezca un pedacito de el demo, visiten el sitio, está rechulo, verdá de Dios.

sábado, 7 de junio de 2008

La Mesa Redonda

Foto tomada desde las faldas del famoso cerro, afuera de una tiendita que es atendida por una señora que se la pasa dentro de su casa vigilando si llega alguien a comprar. Una vez que alguien se para frente a la tienda, la señora procede a atenderle.

La Mesa Redonda, junto con alguno que otro edificio colonial del centro de la ciudad, es uno de los símbolos más representativos de Lagos. Al menos eso pienso yo desde muy chico.

Y como Laguense que soy, en mi vida me había planteado la idea de subir hasta lo más alto de la meseta. Que digo subir, ni siquiera se me había ocurrido acercarme. Sin embargo ayer Viernes se presentó la oportunidad, obra del profe Julio, quien ya nos había comentado la idea tiempo atrás. La idea era que fuera toda la preparatoria (aprox. 35 alumnos) pero al final solamente eramos unos 16 los que nos animamos a ir.

El primer dilema fue encontrar el bendito camino. Kilómetros y kilómetros de carretera, recorriendo un semidesierto (obra de la escasez de lluvias) y maniobrando entre tráilers y uno que otro conductor con prisa. Entre que nos equivocábamos de camino y entre que regresabamos y probabamos otro, se nos fue casi una hora. Una vez que encontramos el mentado camino, ya casi la 1:30 de la tarde, una maestra desertó y me tuve que cambiar al coche de Julio. Allí estaban Richard y Pancho. El Papa no estaba porque no creía que el Mustang pudiera hacerla de Jeep en los limpios y planos caminos de terracería. No erró.

Poco a poco nos fuimos acercando más y más a la mesa hasta quedar justo a sus pies. Impresionante. Se ve mucho mejor desde cerca. Mientras buscabamos un lugar para aparcar el Tsuru, pudimos recorrer un poco de las faldas y logramos ver unas enormes cruces en la cima de la mesa y creímos ver gente (esperamos que haya sido gente viva).

Una vez aparcado el coche, alguien dijo que había que comer, entonces me puse a comer algo, sin embargo en realidad nadie comió nada y tuve que emprender la escalada mientras mi estómago digería un sandwich. No se los recomiendo. Al final resultó que de los 16 que éramos, sólo5 estabamos tratando de subir hasta la cima. Las veredas estaban repletas de cruces, matorrales, espinas y basura, y a pesar de que había un camino especialmente diseñado para subir, mejor quisimos intentar subir mediante el laberinto de veredas que rodean a la mesa.

Mala idea, nadie logró subir realmente...